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Curiosidades acerca del socorrido “estoy reunido”


Según sus hábitos o circunstancias, alguna vez o quizá bastantes, usted mismo se habrá encontrado con esta respuesta al intentar comunicarse con alguien y ser interceptado por quien tiene la misión de velar por la intimidad del personaje con quien necesita intercambiar un propósito. 

Es bien cierto que la toma de decisiones en el mundo de los negocios que suponga influir en los intereses de varias partes vinculadas exige información, reflexión y puesta en común de consideraciones que faciliten su acuerdo. 

Asimismo, esas decisiones deben estar racionalizadas y no ser obstaculizadas por injerencia alguna. Por eso, las reuniones de trabajo son importantes y requieren concentración y elusión de interrupciones. 

Reunirse se trata de una práctica harto recurrente en el ámbito de las actividades profesionales y se ha convertido en una costumbre de hacerlo para casi todo. Así se deja constancia de la trascendencia de acuerdos que justifican negociación y decisión consensuada entre iguales o subordinada por debida de autorización reglada. 

Ocurre, no obstante, que estar reunido también es a menudo el modo usado más suave que encubre un no desear ser molestado pese a encontrarse solo el personaje con quien se pretende parlamentar.
 
Y esto parece razonable para evitar situaciones comprometidas en las que el visitante no entendería no ser recibido estando solo el visitado; que no quiere decir que no esté ocupado.
 
Las comunicaciones telemáticas tan al día, sin duda por respeto al bienintencionado uso de los tiempos de comunicación interpersonales, han acogido la táctica del estar reunido como freno inapelable de quien, amparado por la opacidad del hilo telefónico pretende lo que a otros les procura la racionalidad de una visita concertada. Y así ha sobrevenido “la cita previa”. 

Estar reunido en situación personal de cuasi-permanencia, atribuye entre prebostes una validación social de alta consideración. Es una manera de calibrar la influencia que tienen normalmente sus intervenciones. O un paripé. 

En el aspecto más íntimo de las personas caben situaciones de estar reunido “con uno mismo” bien sea para reflexionar con su álter ego imaginario, platicar ante el espejo para ensayar un discurso, orar y hasta, si se me permite, visitar al Sr. Roca

Determinadas situaciones comprometedoras admiten pacíficamente la excusa de estar reunido. Imagínese retrasarse para acudir a una importante entrevista y, necesitando terminar de prepararla, decide argüir tener una urgencia insuperable en la fábrica.
 
O, la más singular de una escapada al encuentro del amante. ¿Habría un mejor pretexto? 

Lo de estar reunido se ha ido convirtiendo en uno de los espacios del uso cotidiano de nuestro tiempo llevados en mayor o menor medida según sea nuestra edad y ocupación principal, sin dejar de lado si es deseo o necesidad propia o si obedece a la dependencia de la convocatoria de otros. 

Los otros espacios son, además del tiempo de comer y dormir, con sus preámbulos y despertares; el desplazarnos a los sitios; el de cumplir con nuestro trabajo y el destinado a la formación y el ocio personal. 

Y en estos tiempos de ahora tenemos uno nuevo y al parecer bastante dilatado de minutos y bien valorado socialmente dada su expansión generalizada. Es el de estar muy -pero que muy- reunidos con nuestros contactos por vía chat en las redes sociales, de las que hemos terminado secuestrados todos.
 
Otro tipo de reunión muy incardinada en nuestros hogares es con el aparato de la televisión. Hay estadísticas abrumadoras del mucho tiempo pasado a diario frente a la tele; se llega a contar por horas largas.
 
¿Se imagina que llamen a la puerta de su hogar, pregunten si está Ud. en casa y su pareja responda al visitante que está reunido con el presentador del telediario? 

¿Y qué me dice si, también en su ámbito familiar, reclama a sus hijos acudan a la mesa para cenar y no terminan de llegar nunca porque están reunidos con su móvil? 

Bien está lo de reunirse y conviene mucho que lo hagamos -y hablemos- para salir adelante en nuestro quehacer diario. Bien está también ser respetuoso con los tiempos de reunión de los demás. Mejor aún es optimizar las reuniones haciéndolas útiles y económicas de tiempo.
 
Pues si no lo hacemos, nuestro sabio refranero nos recuerda lo de “reunión de pastores, oveja muerta” es decir, “si los pastores desatienden sus obligaciones hablando en lugar de atender a los rebaños, es probable que estas terminen muriendo por la falta de cuidados” .
 
Me atrevo a concluir presumiendo que a casi todos interesa reducir una buena cantidad del tiempo diario dedicado a aquellos subproductos de reunión del que cada uno sabe su calidad y necesidad, y dedicar más a actividades lúdicas participativas, físicas reparadoras y de conveniente favor como, por ejemplo, la buena lectura con libros ilustrativos del conocimiento y formadores de opinión. 




Comentarios

  1. Disculpa que no he podido leer ni comentar antes tu artículo porque estaba reunida...
    Muy cierto lo que comentas. Muy real la actitud y oportunismo, a veces, de las reuniones. Muy poco productivas muchas de ellas.
    Es necesario un ejercicio de automática, sin duda.
    Seguimos hablando, que tengo que irme a otra reunión.

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  2. Hola Joaquín,cuanta razón tiene el escrito de esta semana es verdad que aveces no es facil resolver las cosas bien sean familiares o empresariales .Saludos Paquita

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  3. Felicidades, cierto escusa fácil de y no compartida por mi

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    Respuestas
    1. Sí, estar reunido es una buena excusa para no atender a alguien que no nos interesa dedicarle una parte de nuestro tiempo, debido a su pesadez, intromisión en nuestra vida, comercialidad mal entendida, etc. Cuántas veces nos han llamado, generalmente en horario familiar de comidas, para contarnos las ventajas de un cambio de compañía eléctrica, telefónica, o para ofrecernos cualquier nuevo artilugio de prestaciones inmejorables.
      Otra situación se presenta cuando quiero consultar con algún profesional que gestiona mis recursos o mi salud, y me encuentro con un sólido muro que obstruye el contacto telefónico, con la excusa que está reunido. Puede ser posible, o no.... pero me quedo amoscado y con cara de tonto.
      Un abrazo.

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  4. Muy buenas todas las situaciones que describes, aunque en mi caso particular, nunca he estado reunida, no se ha dado la circunstancia.
    Un abrazo.

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  5. La reunionitis ya hace años que se lleva.
    No quiero decir que sea siempre así,pero el exceso de reuniones evindencian una falta de operatividad y entretenimiento en los empleos.
    No se puede tomar ninguna decisión , de no ser con una reunión de antemano.
    Reuniones sí, pero sin abusar y no más de las necesarias.
    Montse C.

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  6. Como siempre acertadísimo.Espero que la gente piense como lo expones,Gracias

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  7. Una vez más, muy de actualidad tu artículo Joaquin!
    Así es nuestro día a día, tal cual lo has descrito. Yo me atrevería a añadir otro factor, que bajo mi punto de vista, es preocupante. Y es con la naturalidad y facilidad que cancelamos citas, precisamente, con la excusa de que tenemos una reunión. Hace años éramos más respetuosos con el tiempo del prójimo.
    Arminda

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