Arrepentimiento No me creo que haya alguien incapaz de arrepentirse nunca de algo. No digo que no sea posible lo haga; no arrepentirse. Digo que no me cabe en la cabeza tamaña barbaridad humana. Pienso que el ser humano, sí racional, es incompatible con serlo; ser impenitente. Es más, considero que en el arrepentimiento hay un hueco para alguna sensibilidad, si bien sea menor. Se dice que para alcanzar algún perdón -gracia de Dios o de la Justicia- se requiere, uno entre otros, el requisito (¿la voluntad?) de arrepentirse, como se pide o pretende el propósito de enmienda (¿se producirá) Cuando de ordinario hacemos algo y nos reconocemos, interiormente, errados frente al deber o a la moral ¿nos sentimos arrepentidos? ¿nos disculpamos, o nos proponemos no reincidir? El tirano, el despiadado y el criminal consciente, generalmente impíos por sus actos, llevados por la soberbia de una conducta punible, se les tiene por personas sin remordimientos incapaces de dar su brazo a torcer, de
Este es mi pequeño rincón de expresión con el que pretendo dar rienda suelta a mi necesidad de explicar aquello que pienso y siento acerca de temas genéricos y, sobre todo, humanísticos, simplemente por el hecho de escribir y expresarme.