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Mostrando entradas de abril, 2023

Temas de ahora: cementerios naturales

Cualquier persona sabe, tiene creído, que se morirá algún día, porque nos han enseñado que no viviremos siempre, aunque recibamos de vez en cuando noticias sobre avances en la prolongación de la vida, aumente estadísticamente la evidencia de morirse más tarde y no se deje de investigar el utópico camino de la inmortalidad. Entonces, se puede decir que el hecho de morirse es natural. No solo que existe la muerte natural, esa que define el simple fallecimiento ajeno a cualquier causa sobrevenida o accidental, debida a una enfermedad determinada o simplemente por agotamiento corporal.   Nos pueden decir que alguien se ha muerto “ de repente” , que ha dejado de existir sin haber evidenciado posibles causas previas, o sea, naturalmente. Alguno osará comentar que al finado no parecía que tuviera que pasarle eso. Y concluiremos que es natural morirse. Después de una muerte y tras los actos sociales de despedida del difunto, hay que proceder a darle destino a sus restos mortales; se tiene que

Discreción

Discreción, exquisita palabra de presumible significado y múltiple aplicación coloquial. Ella sola puede convertirse en título de comentario, objeto de coloquio y hasta de debate de opinión.   Basta acudir a DRAE y leer en sus acepciones tanta referencia importante: juicio, razón, ingenio, sensatez, prudencia, etc. Debiera ser esta, la discreción , una actitud principal en el ordinario comportamiento del ser humano. Ella sola, la discreción , bastaría para que la inmensa mayoría de realizaciones personales tuviesen el efecto deseable para todos los implicados en cada finalidad. ¿Imaginan observar prácticas de conducta discreta girando una mirada a su entorno personal, en un lugar y momento cualesquiera? Es un disfrute, de verdad, porque se pueden encontrar algunas y pensar en lo bueno de que fuesen muchas. Paramos cuenta normalmente en las actitudes anormales y gamberras. Nos parece corriente y aceptado socialmente que cada cual se procure lo mejor de cada cosa y le importe menos lo de

“nada es verdad ni es mentira…

…todo es según el color del cristal con que se mira” completa la cuarteta del célebre verso que forma parte del poema “Las dos linternas” de la famosa obra poética Las Doloras, de Don Ramón de Campoamor, prolífico escritor del realismo español del siglo XIX. Sirva esa referencia únicamente para darme entrada a ponderar si la verdad y la mentira caben hoy día, más que entonces, en frases de sentido distinto y propósito igual, cuando la intención y el tiempo tienden a confundir la razón. Digo yo que muchas veces se oye decir, o se lee en algún medio, un mensaje o intención que sorprende al hábito de entender a la primera. Los publicistas saben mucho al respecto y juegan con ello. En tal circunstancia, la reacción puede ser desentenderse; tratar de entenderlo y facturar la conclusión al cajón de la memoria o a la papelera destructora; o bien ejercer la crítica que se crea merecer el trampantojo. Afirmaciones y negaciones varias admiten valores diferentes según el punto de vista del intérp