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Mostrando entradas de junio, 2020

¡Después de Ud., faltaría más!

Estaba sentado, esperando a alguien, en el tranquilo hall de un hotel urbano, hojeaba un periódico y escuché un corto diálogo de poco más que un susurro que me hizo alzar la vista y mirar hacia los ascensores. Dos personas querían acceder a la cabina y ambas se solicitaban pasar delante. Me sonreí, me gustó ese acto. Decidí en ese momento que debía traer aquí a la cortesía. Nada más a propósito que ser cortés para demostrar atención y respeto por un semejante cuando nos apetece reforzar nuestra educación con un gesto amable hacia alguien, desconocido o próximo, al que deseamos regalar un momento diferente.   Sin embargo, en el camino desde el aún reciente pasado nos hemos dejado ser corteses . Hay tantas circunstancias de encuentro entre las gentes, somos tantos individuos moviéndonos cerca, tenemos todos tantas inquietudes en la vida diaria que, llevados por la inercia de la costumbre, acuciados por la premura impostada del tiempo y endurecida por el deseo de llegar (a veces a ninguna

¿En qué le puedo ayudar?

Bonita pregunta que sin duda actualmente se prodiga y agradece escuchar cuando tantas personas dispuestas a atendernos en algún servicio, desde negocios locales hasta multinacionales, se nos   dirigen con sonrisa incluida las más de las veces, y en casi todas ocasiones. El resultado suele ser, medie negocio mercantil o no, de feliz recordatorio. En la calle de enfrente, existen otros sitios pequeños o no, de atención personal reducida algunos y otros de atención social masiva, generalmente públicos, más los de entretenimiento de colectivos, donde muchas veces las relaciones humanas tropiezan con el comedimiento. Ese lugar, ese centro de encuentro donde todos debemos acudir de vez en cuando, sea sanitario, fiscal, administrativo, deportivo, ferial, sea nacional, regional o local, donde la población debe resolver sus   gustos, necesidades y obligaciones de convivencia social, en ocasiones se convierte en incómodo escenario.   La impaciencia de la espera, la inquietud del trámite, el desc

Subsistir sin fútbol

¿Se podría? Seguramente sí, aunque a un muy largo plazo, el de algunas generaciones. No obstante, la prueba de estos tres últimos meses de suspensión absoluta presencial, en estadios o ante pantallas, de la práctica y espectáculo vivos, que no la recurrida al producto enlatado, parece que se ha podido superar sin grandes suplicios emocionales, con santa conformidad y comedida comprensión. Y ya se asoma de nuevo. Valga decir que tomo el Fútbol profesional como referente de fenómeno social destacado de esta era. Lejos de mí desconsiderar la relevancia, interés cultural, entretenimiento, motivación y seguimiento popular de la práctica y asistencia al resto general de eventos deportivos. Considero se puede afirmar la importante trascendencia actual, diría casi para la especie humana, de la influencia que el Fútbol supone en el diario devenir de nuestras relaciones sociales. Sin duda, hay acontecimientos principales y ciertamente importantes jalonando las agendas particulares de la poblac