Ir al contenido principal

Suspenso para las cadenas alimentarias de Barcelona

Fracaso del servicio de entrega a domicilio.

Al obligado y meritorio confinamiento en nuestras casas, objeto necesario y muy útil para combatir los efectos de la pandemia a la que estamos expuestos, le ha surgido “fuego amigo” en la pobre e incluso insolidaria conducta comercial deparada por las Cadenas de Supermercados de Alimentación, o sea los Caprabo, Mercadona, Lidl, Eroski, El Corte Inglés, Aldi, Consum, Dia, Amazón y otros que no han previsto, o peor, no han considerado su mayor interés, en poder atender la incrementada demanda de compras online, excusando no disponer de franjas horarias durante largos días -y semanas- para atender nuestros pedidos de víveres.

Resulta increíble constatar que el evidente equilibrio esperado entre las circunstancias de las personas confinadas, en general enfermos crónicos o de evidente riesgo de salud por edad, y la proclama de tanto vocero público para la protección social que nos damos diariamente, que digo, constantemente, sin dejar de considerar la noble disposición de los mandamases de las Cadenas Alimentarias y la bonhomía deseable de todas las Autoridades, no se esté teniendo en cuenta a la hora de “poner toda la carne en el asador”, con medios humanos extraordinarios para la provisión y reparto domiciliario de los pedidos encargados por medios telemáticos, incluido sobreprecio de darse el caso, provocando una desatención que no siempre puede solucionarse de no darse la desinteresada ayuda de personas allegadas y no disponibles cada día.

Quizás la respuesta a situaciones indeseadas, aparecidas originalmente para facilitar una vida mejor y ahora mismo de fantástica alternativa para resolver carencias sobrevenidas, venga cuando se normalice la triste situación actual y malos gobernantes e insolidarios comerciantes reciban un merecido plantón.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡Ayuda!

Nunca hasta ahora, o así quiero creer, se ha usado tanto esta significativa palabra. Bonita también, por lo que representa como mensaje y recurso humanitarios. Debilidad, en búsqueda de reparar una necesidad con una altruista solución.   Ayudar es cooperar y es socorrer. Prestar ayuda es dar amparo por algo o para alguien necesitado de ser asistido. La ayuda que yo priorizo es aquella que se presta para aliviar al que no le responden sus esperanzas. Y pedir ayuda pudiera ser gastar la última prueba de un pundonor; el recurso final a restituir una carencia vital sobrevenida, una salida a la desesperación. En tiempos que ahora corren veloces, todo que los días duran lo mismo de siempre, lo de pedir ayuda se ha pluralizado y banalizado hasta el extremo de ser considerado como un recurso imprescindible de mejor sobrevivencia. Pienso, para disfrazar la capacidad de hacerlo naturalmente. Sí, porque el común actor humano de esta moderna sociedad aspirante al disfrute de una vida intensa y...

Costumbres

Bonito vocablo, potente, emotivo, legítimo, recurrente y de remate. Y, como no, ambivalente, o sea, humanístico.   Algo que se califique así engrandece al tiempo, estimado en todos sus momentos. Una opción para resolver, para justificar y para comprender. Una referencia para culminar una voluntad alejada de argumentos subjetivos enfrentados. Un poder disuasorio. La Costumbre tiene -merece, si se me permite- nombre “propio”. Porque no hay una costumbre que no se corresponda con “algo” que le otorga primacía verbal sobre el común destino de su recurso. Tiene un valor permanente, no se agota ni se sustituye; puede obviarse y hasta no considerarse, pero queda ahí para el siguiente episodio. O no conviene ahora, pero mantiene su importancia.   Para el Derecho es “fuente” de interpretación y, en ocasiones, de aplicación, cuando la ley, el reglamento, la norma escrita, no tienen o pueden dar respuesta asimilable por la ausencia formalizada de las relaciones discutibles. Y faculta la ...

El resurgir del uniforme

Tenemos al uniforme como una vestimenta, un traje peculiar , dice nuestra Academia de la Lengua. Y se describe -a mi me gusta más- en Wikipedia, como un conjunto estandarizado de ropa .  Ambas fuentes, a su modo, coinciden en su uso y destino de individuos, digamos, colegiados , pertenecientes a una misma profesión o clase. El origen de los uniformes es ancestral, de tradición remota, de civilizaciones ya organizadas que precisaban hacerse distinguir en la batalla con los ejércitos enemigos. A los niños, la mayoría, de siempre, la vestimenta militar ha supuesto un atractivo especial. ¿Quién no ha tenido, o deseado tener, su pequeña colección de soldaditos de plomo? ¿Quién no ha jugado en la calle a desfilar? Las visitas al museo; las jornadas de puertas abiertas de cuarteles militares, policiales y de bomberos; la presencia en las paradas y desfiles, han sido a menudo eventos de señalada asistencia familiar, con la influencia de los vistosos e imponentes uniformes y su despliegue. ...