Don Hilarión habla (canta) en el comienzo de la famosa zarzuela La verbena de la Paloma, diciendo a su buen amigo “…hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad” Están a finales del S. XIX y les traigo a este S. XXI el simpático juicio para contarles a Uds. algo sobre los cambios en el tiempo. Algunos intérpretes de tan reiterada representación de nuestra ópera chica, han dicho, parafraseando a medias, algo así como “t iempos que cambian una barbaridad” y a mí me inspira decirles que los cambios siempre vale la pena se den, para disfrutarlos o, conociéndolos, para olvidarlos, y los tiempos, bienvenidos sean siempre si, con ellos, acude más progreso y menos suplicios. Es fácil recurrir a la hora del casto coloquio amigable, cuando se comentan variaciones singulares de algo o en alguien, al tópico “es cosa de los nuevos tiempos”. Es ya corriente que esos cambios se produzcan con una rapidez extrema, con una facilidad de asimilación inmediata y una mínima reflexión sobre su op...
Nunca hasta ahora, o así quiero creer, se ha usado tanto esta significativa palabra. Bonita también, por lo que representa como mensaje y recurso humanitarios. Debilidad, en búsqueda de reparar una necesidad con una altruista solución. Ayudar es cooperar y es socorrer. Prestar ayuda es dar amparo por algo o para alguien necesitado de ser asistido. La ayuda que yo priorizo es aquella que se presta para aliviar al que no le responden sus esperanzas. Y pedir ayuda pudiera ser gastar la última prueba de un pundonor; el recurso final a restituir una carencia vital sobrevenida, una salida a la desesperación. En tiempos que ahora corren veloces, todo que los días duran lo mismo de siempre, lo de pedir ayuda se ha pluralizado y banalizado hasta el extremo de ser considerado como un recurso imprescindible de mejor sobrevivencia. Pienso, para disfrazar la capacidad de hacerlo naturalmente. Sí, porque el común actor humano de esta moderna sociedad aspirante al disfrute de una vida intensa y...